La serie “Backsteine” desarrollada en Berlín, propone como eje principal una aproximación directa a la riqueza implícita en la materia, y al espacio y tiempo por ella conformados, tanto a nivel experiencial como simbólico.
Los elementos utilizados son ladrillos, estos han sido recolectados desde las calles, demoliciones y cementerios de Berlín. Una ciudad cuya historia nos habla de procesos cíclicos de construcción, destrucción y reciclaje, procesos que se hayan impresos en estos ladrillos, al modo de un relato físico.
Dispuestos en forma de muros y límites, ellos han constituido el silencioso marco que ha otorgado a sus habitantes la medida de su propia dimensión espacio-temporal.  Ellos son el discreto fondo contra el que sus vidas se han proyectado, como escenas. Ellos son el soporte del peso, y también de la memoria, “configurada de generación en generación”.

Backsteine I plantea un enfrentamiento entre dos cuerpos, un virtual y otro material.

Un cuerpo eléctrico y otro de arcilla componen una dialéctica regresiva, en retroceso, intentando entrar en la memoria de la estructura: su propia construcción proyectada sobre su cuerpo, (técnica de superposición entre el registro y lo registrado, utilizada en los trabajos “Retina I”, “Retina II” y “Reminiscencias del Material” para estimular la memoria del espectador). 

Así, Backsteine I es un cuerpo en construcción física y virtual, un escenario como los del nuevo teatro de los años 20, que usando efectos materiales y visuales, desvirtuaban la escena ampliándola hacia otros lugares, más propias de la imaginación y el sueño.
En Backsteine I, 88 ladrillos recolectados se presentan como pedazos de ciudad, fracciones de tiempos, donde el material no tiene atributos, mas si procedimientos, modulaciones, historicidad en curso. Formar parte de esa historicidad, es quizás el objetivo de esta exposición.